La tipografía es una herramienta innegablemente poderosa, ya que lleva mucha carga visual repleta de significado que acompaña al contenido de lo escrito. Hay algunas normas básicas que todos deben tener en cuenta a la hora de escoger tipografías, para que éstas ayuden a transmitir el mensaje correcto al lector.
Aquí encontraras 14 errores tipográficos que debes evitar para que tu contenido sea lo más profesional posible:
1. Ignorar el contenido:
Esto es lo primero de todo: hay que conocer el contenido del documento.
No utilizarías los mismos elementos estilísticos en un artículo de negocios que en una revista de viajes. Si el texto no es tuyo, asegúrate de leer detenidamente el contenido, así podrás escoger la tipografía que mejor se adapte al mensaje que quieras transmitir.
2. Sacrificar la legibilidad:
El objetivo principal de cualquier tipógrafo es crear contenidos fáciles de leer, pero es fácil comprometer accidentalmente esta sensibilidad. Si vas a poner algo detrás de tu texto, asegúrate de que no distraiga la atención de tu público. Cuando tengas bloques de contenido más grandes, también debes procurar utilizar tipos de letra más limpios para que los ojos del lector se muevan con fluidez.

3. Jerarquías visuales:
La jerarquía es un término elegante para distinguir la importancia de varios elementos en la página. En el diseño de un periódico, por ejemplo, se observa una jerarquía visual en cada sección. Un titular presenta lo esencial de la historia en voz alta y clara, mientras que los subtítulos claramente diferenciados proporcionan información adicional antes de pasar al cuerpo principal del artículo. Hay varias formas de conseguirlo, solo tienes que atender a mantener la coherencia del texto, de manera que con un solo vistazo, puedas guiar al lector siguiendo un flujo coherente y ordenado de la información.
4. Abusar de mayúsculas:
Probablemente haya cosas en el cuerpo de tu texto que sean más importantes que otras, pero intenta resistir la tentación de escribir esas líneas en mayúsculas. Es mejor optar por formas diferentes de subrayar la importancia de tu contenido.
5. Exceso de énfasis:
Hay otras formas de enfatizar lo importante, pero hay que utilizarlas con moderación. Si utilizas demasiadas fuentes en cursiva, negritas, subrayados, comillas y otras opciones estilísticas, puedes confundir al lector y crear un texto recargado y poco atractivo. Es aceptable utilizar diferentes estilos para crear énfasis, pero es mejor limitarse a dos o tres tipos de letra e intentar mantener estos estilos a lo largo de todo el texto. Aquí, siempre, menos es más.

6. Usar demasiadas fuentes:
Para conseguir una apariencia final profesional, conviene establecer un estilo y mantenerlo en toda la publicación. Uno de los errores tipográficos que más distraen es la elección de una mezcla de diferentes tipos de letra y fuentes para un diseño. Esto crea una discordia visual para el lector. Aunque puedes utilizar varios tipos de letra diferentes para establecer titulares, subtítulos y apartes, hay que limitarlo a dos o tres opciones en total.
7. Mezclar tipografías al azar:
Si bien se pueden implementar diferentes tipos de letra en la aplicación de la jerarquía, hay que tener cuidado de que los diferentes tipos de letra no entren en conflicto entre sí. Esto puede ser más un arte que una habilidad, pero cuando no se hace correctamente, se acaban produciendo choques que distraen en el documento. Una buena regla general es utilizar una serif y una sans-serif que se complementen. Un consejo, si no tienes criterio en este tema, es acudir a sitios web de referencia como Google Fonts, que te recomiendan combinaciones tipográficas.
8. Dejar dobles espacios después de las frases:
De los orígenes de las máquinas de escribir y primeros procesadores de textos, se ha transmitido la costumbre de utilizar dos espacios después de cada punto. Aunque esto era habitual en el pasado, ahora se considera una práctica tipográfica obsoleta e innecesaria que tienes que evitar.
9. Palabras y líneas sueltas:
Una vez definidas la longitud y ancho de las columnas de tu documento, el procesador de textos pasará automáticamente a la siguiente línea o párrafo. Aunque esta función es muy cómoda, puede dar lugar a antiestéticos fragmentos de párrafo al final de los bloques de texto. Si ves que estas desigualdades ocurren con demasiada frecuencia en tu texto, deberías considerar ajustar los márgenes para suavizar estos contrastes que se denominan «huérfanos» o «viudas».

10. Olvidarte de la tarea en cuestión:
Hay todo un mundo de tipos de letra bonitos, pero es importante saber cuándo hay que frenar la creatividad. No te distraigas con la naturaleza artística de tus fuentes a costa del aspecto profesional de tu documento. Si tienes problemas para decidir si una sección concreta es difícil de leer, a veces puede ser útil que un segundo par de ojos eche un vistazo imparcial y haga una crítica constructiva. Aunque el tipo de letra forma parte del mensaje, no es conveniente que sea el único que hable.
11. Aplicar demasiados efectos:
Aunque existan millones de opciones de efectos para las tipografías, no significa que debas utilizarlos todos, ni todo el rato. Puede ser posible deformar el texto, dar relieve a las letras o utilizar sombras para crear diseños interesantes, pero sólo debes hacer estas opciones en las circunstancias apropiadas. En caso de duda sobre el uso de estos complementos, es mejor ir a lo seguro y dejarlos fuera.

12. Líneas y letras abarrotadas:
Si bien es cierto que no quieres tener demasiado espacio entre líneas, también debes crear suficientes cortes horizontales y verticales para que tu documento sea fácil de leer. Si no hay suficiente espacio entre las letras y las líneas, puedes crear un bloque de texto demasiado largo que resultará pesado para leer.
13. Justificación de texto:
Si tu documento parece un gráfico de barras lateral, estás sufriendo de bordes irregulares en tu texto. Aunque estas longitudes de línea desiguales son antiestéticas, no deberías recurrir a la solución rápida de la alineación justificada para arreglarlo, ya que el software creará espacios no deseados entre las palabras para conseguir el efecto deseado. La mejor forma de eliminar esta complicación es repasar e insertar manualmente los saltos de línea en los lugares adecuados. No lo conseguirás absolutamente perfecto, pero es mucho mejor que la alternativa.

14. Olvidar la corrección de textos:
Muchos errores tipográficos tienen que ver con los tipos de letra y el espaciado, pero no hay que olvidar el concepto básico de la corrección. Puedes tener tipos de letra y otros elementos visualmente impresionantes, pero perderías toda la credibilidad con errores tipográficos y gramaticales. Antes de dar el producto por terminado, tómate el tiempo necesario para leer todo el texto en voz alta para intentar detectar cualquier error. Si se trata de un texto más largo, como un libro, procura hacerlo después de cada salto de capítulo.